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La enfermedad de Crohnes trastorno de largo plazo del aparato digestivo o gastrointestinal, la cual consiste en inflamación, irritación y sangrado de los revestimientos internos del colon (parte del intestino donde se forman las heces) e íleo (parte inferior del intestino delgado), y ocasionalmente en los de boca, esófago o estómago.
Al inicio de este artículo se hizo mención de algunos síntomas de quien padece esta enfermedad, de los cuales vale la pena ahondar:
- Dolor, que aparece y desaparece, en la parte inferior derecha del abdomen; puede empeorar después de comer, especialmente productos lácteos.
- Sangrado proveniente del ano; suele confundirse con el provocado por hemorroides.
- Diarrea, algunas veces con sangre o moco.
- Fiebre.
- Debilidad y cansancio.
- Un nudo o protuberancia en la zona abdominal que se puede palpar.
- Pérdida de peso sin razón alguna.
- Náuseas.
- Pérdida de apetito.
Ahora bien, tal vez lo que acabas de leer como signos del mal de Crohn te parezcan conocidos y te hagan sospechar que alguna vez ya los experimentaste, hecho que no sería raro si has sufrido alguna infección gastrointestinal, pero hay otras manifestaciones que deben tenerse en cuenta, entre ellas:
- Aftas bucales (pequeñas ulceraciones blanquecinas que aparecen en la mucosa de la boca).
- Conjuntivitis (inflamación de la conjuntiva).
- Dolor (artralgia) e inflamación (artritis) de las articulaciones, pudiendo llegar a afectar las localizadas en las vértebras (espondilitis anquilosante).
- Eritema (enrojecimiento de la piel).
- Esteatosis hepática (acumulación de grasa en hígado).
- Inflamación y endurecimiento de los conductos biliares (colangitis esclerosante primaria), lo cual puede traer como consecuencia formación de cálculos, piedras en la vesícula.
- Pioderma (afectación de la piel con aparición de abscesos).
- Uveítis anterior (inflamación de la parte anterior de la úvea, que es la capa intermedia de las tres de tejido que conforman las estructura externa del ojo).
Igualmente importante es saber que si la afección no es controlada se pueden presentar desgarros, úlceras o agujeros en los intestinos, ano o alrededor de éstos, así como hemorragia(pérdida de sangre) de consideración e incluso cáncer de colon.
Debemos destacar que la enfermedad de Crohn tiene períodos callados o recesivos —cuando no hay síntomas, tal vez a lo largo de meses o años — y otros activos o de recaída, cuando sí los hay.
Entonces… ¿yo?
La enfermedad de Crohn es más común en las personas de raza blanca entre 15 y 30 años de edad, quienes pueden manifestar alguna de sus cuatro formas:
- Aguda apendicular. Afecta a niños y jóvenes, e incluso puede confundirse con apendicitis (inflamación del apéndice). Se caracteriza por diarrea, náuseas, vómitos, fiebre y dolor en la fosa ilíaca derecha (espacio que se encuentra en la cadera derecha y que sirve para identificar el dolor apendicular).
- Aguda oclusiva. A la interrupción del paso del contenido del intestino a través del mismo se denomina obstrucción intestinal, siendo un método para solucionarla intervención quirúrgica, tras la cual suele diagnosticarse esta variante de mal de Crohn que no causa síntomas que llamen la atención.
- Diarreica o clásica. La más frecuente y característica; presenta 3 - 4 deposiciones al día, pastosas y con sangre, dolor abdominal y fiebre poco elevada.
- Forma tumoral. Se caracteriza por el hallazgo de una masa alargada, que no se desplaza, es dura y dolorosa, como un tumor que puede llegar a ser canceroso.
Pese a que actualmente no se conoce la causa de la enfermedad, sigue siendo objeto de múltiples investigaciones que la asocian a diversos microorganismos (Pseudomonas, Clostridium y Yersinia). Algunos otros estudios señalan que puede ser causada por un trastorno del sistema inmunológico —que forma parte de las defensas del cuerpo para combatir las infecciones—, en otras palabras, dichas defensas actúan en contra de los componentes del aparato digestivo atacándolos como si fueran elementos extraños (antígenos) al grado que pueden afectarlos y provocar la inflamación.
Si hay antecedentes de la enfermedad en la familia pueden aumentar las probabilidades de que se presente; otra posible causa es el estrés o la falta de control ante estados emocionales de tensión.
Además de una historia médica completa y exploración física, el paciente debe ser sometido a radiografías de la parte baja y alta del tracto gastrointestinal, así como exámenes que permitan ver directamente al colon, como sigmoidoscopía y/o colonoscopía, en los que se emplea un tubo alumbrado introducido a través del ano.
Los especialistas médicos en la salud de los órganos que comprenden el aparato digestivo (gastroenterólogos) afirman que no existe una cura para la enfermedad de Crohn, aunque los síntomas pueden ser tratados con cirugía o medicamentos para reducir la inflamación, pero no proporcionan curación.
La cirugía es necesaria cuando el tratamiento con fármacos resulta insuficiente o cuando hay una obstrucción intestinal u otra complicación. En casi todos los casos, el segmento de intestino enfermo es retirado y los dos extremos sanos son unidos, en una intervención que se reconoce como resección y anastomosis.
Es importante enfatizar que pese a que la cirugía puede permitir al paciente permanecer libre de síntomas por largo periodo, no se considera que el problema se haya erradicado del todo, ya que puede reaparecer en forma inesperada.
Como es de suponer, los cuidados deben extremarse en la alimentación, sobre todo teniendo en cuenta que el apetito se reduce, hay pobre absorción y diarrea, con las consecuentes pérdidas de fluidos y nutrientes, los cuales deben ser remplazados antes de que se presenten anemia o desnutrición.
Es así que cuando la enfermedad está en fase activa se deben procurar comidas suaves y blandas, y evitar las condimentadas e irritantes. Algunos gastroenterólogos prohíben a los pacientes el consumo de lácteos, por ser causantes de mayor inflamación intestinal.
No confundir
Resulta bastante común que los especialistas llamen indistintamente a este problema enfermedad de Crohn o ileítis, que significa inflamación del íleo, el cual es la porción más alejada del centro del intestino delgado. Aunque para otros es clara la diferencia, principalmente desde que en 1932 el Dr. Burrill B. Crohn identifica por primera vez la ileítis como enfermedad regional, con lo que quiso decir que no se limita al íleon, sino que deben incluirse otras áreas del intestino, incluido el colon, dando lugar a una condición conocida como colitis, en sus distintas variantes.
Para reducir la confusión, el nombre “enfermedad de Crohn” puede ser usado para describir el problema en íleon, colon, recto, ano, estómago, duodeno e incluso la boca. Por ello, ante el menor indicio, debes acudir al médico de inmediato.
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