lunes, 29 de febrero de 2016

Tos Ferina



La tos ferina es una enfermedad infecto-contagiosa aguda que afecta al aparato respiratorio. Su principal síntoma es tos violenta en accesos o paroxismos que dificulta la respiración. El contagio se da desde la persona enferma a la sana por el aire, al hablar y toser principalmente por las gotas de Pflügge.

Una característica de esta enfermedad es el sonido convulsivo profundo cuando el paciente trata de inspirar.

La tosferina es una de las enfermedades infecciosas más contagiosas, que afectan principalmente a los lactantes menores de seis meses, adolescentes y adultos.

¿Qué causa la tos ferina?

Este padecimiento es causado por la bacteria Bordetella pertussis o Bordetella parapertussis, patógenos que pueden afectar a individuos de todas las edades y provocar discapacidad permanente en los bebés e incluso la muerte.

El tiempo medio de la enfermedad suelen ser seis semanas aunque puede durar hasta diez.

Síntomas

Inicialmente los síntomas son similares a los de un resfriado común. Estos síntomas pueden aparecer una semana después de haber sido expuesto a la bacteria.

Entre 10 y 12 días más tarde pueden comenzar los episodios más graves de tos. En el caso de los niños, presentan un estetor (sonido que se produce cuando el paciente trata de tomar aire). Es raro que éste aparezca en menores de 6 meses y personas adultas.

La tos puede provocar que los pacientes tengan vómitos e incluso que los pacientes lleguen a perder el conocimiento. Es frecuente que los episodios de asfixia y las pausas largas de la enfermedad al respirar aparezcan en los bebés.

Otros síntomas son:
  • Diarrea
  • Fiebre leve
  • Rinorrea

Etapas de la enfermedad

Periodo de incubación: entre 1-2 semanas, el paciente no presenta síntomas
Periodo catarral o de inicio: 2 semanas con síntomas catarrales inespecíficos
Periodo de estado convulsivo: 4-6 semanas. La tos se vuelve paroxística o convulsiva en accesos o quintas
Periodo de convalecencia o remisión: 1-3 semanas. Las quintas se van haciendo menos frecuentes hasta desaparecer

Prevención

La vacuna contra la tosferina es la opción más eficaz para controlar la transmisión de la enfermedad en la población. Sin embargo la inmunidad que ofrece la vacuna, ni la inmunidad natural, aportan una protección duradera.

Tratamiento

En los primeros días de la enfermedad los antibióticos pueden reducir los síntomas. Sin embargo, si el diagnóstico se realiza tarde, los antibióticos no serán tan efectivos.

En bebés menores de 18 meses la enfermedad puede llegar a ser mortal, por lo que es muy importante que estén constantemente bajo supervisión ya que en algunos casos pueden requerir ser hospitalizados.

Si al paciente le cuesta beber líquidos, se le puede administrar estos por vía intravenosa.

Los expectorantes, los antitusígenos y los jarabes para la tos no suelen ser eficaces y los especialistas desaconsejan su utilización.

martes, 23 de febrero de 2016

Lupus




El lupus es una enfermedad en la cual el sistema inmunológico se afecta y ataca a células y tejidos sanos. Esta afectación puede causar daño a algunas partes del cuerpo como:

  • Articulaciones
  • Piel
  • Riñones
  • Corazón
  • Pulmones
  • Vasos sanguíneos
  • Cerebro
Existen diversos tipos de lupus. El más común es el lupus eritematoso sistémico, que afecta a muchas partes del cuerpo. Otros tipos de lupus son:

  • Lupus eritematoso discoide: causa sarpullido en la piel que es difícil de curar
  • Lupus eritematoso cutáneo subagudo: causa llagas en las partes del cuerpo expuestas al sol
  • Lupus secundario: causado por el uso de algunos medicamentos
  • Lupus neonatal: un tipo raro de lupus que afecta a los recién nacidos.
Se desconoce la causa del lupus, investigaciones demuestran que los genes juegan un papel importante.

Síntomas del lupus:

  • Dolor o inflamación de las articulaciones
  • Dolores de los músculos
  • Fiebre inexplicable
  • Sarpullido enrojecido, más común en la cara
  • Dolor de pecho al respirar profundamente
  • Pérdida de cabello
  • Sensibilidad al sol
  • Úlceras en la boca
  • Cansancio

Síntomas menos comunes

  • Anemia
  • Dolor de cabeza
  • Mareo
  • Sentimiento de tristeza
  • Convulsiones

Tratamiento

Los síntomas del lupus deberán ser tratados por varios tipos de especialistas. Su médico elaborará un plan de tratamiento para atender sus necesidades. Usted y su médico deberán comprobar con regularidad la eficacia del plan de tratamiento. Informe a su médico inmediatamente en caso de que aparezcan nuevos síntomas, él le indicará si es necesario modificar el tratamiento.


Dr. Luis Arturo Gomez Hernandez: 3823.1001 y 3823.1002 | Av. Plan de San Luis No.1776

viernes, 19 de febrero de 2016

Enfermedad celíaca




¿Qué es?

La enfermedad celiaca o sprue celiaco es una enfermedad crónica del aparato digestivo. Aparece en personas genéticamente predispuestas y consiste en una intolerancia al gluten. El gluten es una proteína presente en muchos cereales como el trigo, la cebada, el centeno y la avena. Esta intolerancia es permanente y se mantiene a lo largo de toda la vida. El contacto con esta proteína produce una lesión grave de la mucosa del intestino delgado que se manifiesta como una atrofia de las vellosidades intestinales. Ello provoca una absorción inadecuada de los nutrientes (proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y sales minerales).

Se trata de la enfermedad crónica intestinal más frecuente en España. Puede aparecer tanto en edades infantiles como en adultos.

¿Cómo se produce?

La enfermedad celiaca es el resultado de la combinación de factores genéticos e inmunológicos. Existe una predisposición genética en determinadas personas a las que la exposición al gluten desencadena la enfermedad celiaca. La ingesta de gluten desencadena una respuesta autoinmune con aparición de anticuerpos específicos. La pared del intestino delgado está cubierta por vellosidades intestinales, es decir, pequeñas prolongaciones en forma de dedo que aumentan su área de absorción. La ingesta de gluten produce una inflamación y lesión de estas vellosidades impidiendo así la correcta absorción de los nutrientes.

Síntomas

Existen formas asintomáticas de la enfermedad que pueden cursar de forma silente durante años.

El tiempo que pasa desde el primer contacto con el gluten y la aparición de síntomas es variable entre paciente y paciente. Además, los síntomas de la enfermedad celíaca y el momento de aparición pueden variar significativamente de una persona a otra. Así existen formas precoces que debutan en la infancia con síntomas antes de los 9 meses de edad tras introducir el gluten. Otras formas más tardías aparecen en niños mayores de dos años o en la edad adulta. Las personas sin síntomas tienen riesgo de sufrir las complicaciones de la enfermedad por lo que se han de tratar igualmente.

Entre el listado de síntomas más frecuentes se incluyen:


  • Diarrea crónica, dolor y distensión abdominal.
  • Pérdida de peso.
  • Estreñimiento.
  • Detención de la curva de peso y crecimiento en niños y bebés.
  • Vómitos.
  • Falta de apetito.
  • Anemia.
  • Irritabilidad.


Pérdida de masa muscular.

Debido a la carencia de nutrientes por la mala absorción causada por la atrofia de las vellosidades pueden aparecer otros síntomas derivados como: alteraciones del crecimiento y raquitismo, alteraciones del esmalte dental, fracturas espontáneas, erupciones cutáneas, artritis, esterilidad, osteoporosis, anemia, pérdida del cabello, alteraciones menstruales y calambres musculares, ansiedad y depresión, entre otros.

Por otro lado, existen una serie de enfermedades asociadas, es decir, que se presentan con mayor frecuencia de la esperada en pacientes con enfermedad celiaca como son la dermatitis herpetiforme, enfermedades hepáticas, el síndrome de Down, intolerancia a la lactosa y enfermedades autoinmunes con la diabetes mellitus tipo I, el vitíligo, la psoriasis o enfermedades tiroideas.

Las complicaciones más graves asociadas si la enfermedad no se trata son la aparición de cánceres en el tracto digestivo y cánceres hematológicos (linfomas), además de enfermedades derivadas de los déficits nutricionales como la osteoporosis.

Diagnóstico

La prueba diagnóstica definitiva es la biopsia intestinal. Consiste en tomar una muestra de tejido del intestino delgado, donde se observará al microscopio la ausencia de vellosidades intestinales. Esta prueba siempre se ha de realizar sin eliminar el gluten de la dieta.

Además existen una serie de marcadores en sangre (anticuerpos) indicativos de la enfermedad cuando aparecen elevados: antigliadina, antiendomisio y antitransglutaminasa. Se indican cuando existe sospecha de enfermedad, si salen positivos se lleva a cabo la biopsia intestinal.

En la analítica en sangre se puede encontrar anemia y alteraciones de algunos parámetros metabólicos indicativos del déficit nutricional.

También existen pruebas genéticas en sangre para ayudar a determinar quién puede estar en riesgo de padecer enfermedad celíaca.

Tratamiento

No existe un tratamiento farmacológico. El único tratamiento es la supresión total del gluten en la dieta. Ello conlleva la recuperación clínica y la normalización del tejido intestinal, generalmente en adultos a los dos años y en niños al año del tratamiento dietético.

La dieta debe seguirse durante toda la vida. Debe evitarse tomar incluso pequeñas cantidades de gluten ya que pueden ser igualmente dañinas y provocar alteraciones importantes.

La dieta sin gluten debe basarse en alimentos naturales y frescos que no lo contengan: leche, carne, pescado, huevos, fruta, verdura, legumbres y los cereales libres de gluten (maíz, arroz, mijo y sorgo).

En la actualidad existe una amplia gama de productos especiales sin gluten que incluyen harinas de cereales, pasta, bollería, galletas, etc. pero tienen el inconveniente de un elevado coste económico.

El gluten se utiliza mucho en la industria alimentaria ya que se usa para vehiculizar conservantes, aromas y diferentes aditivos alimentarios por lo que pueden contenerlo alimentos que normalmente no lo llevan. Todos los pacientes con diagnóstico de enfermedad celiaca deben contactar con las Asociaciones de Celiacos para informarse adecuadamente de la "Lista de alimentos sin gluten". Como norma general, si se sospecha que un producto puede contener gluten, no debe consumirse.

En aquellos casos en los que sea necesario, por déficits nutricionales detectados, deben indicarse suplementos de vitaminas y minerales para corregirlos.

Es recomendable el asesoramiento de expertos en nutrición, ya que la dieta sin gluten ha de integrarse dentro de una dieta sana y equilibrada adaptada a las necesidades individuales de cada paciente.

Prevención

Dado que la causa exacta se desconoce, no existen medidas de prevención para evitar la enfermedad celiaca. Sin embargo, el conocimiento de los factores de riesgo (como tener un familiar que sufra de este trastorno) puede permitir obtener un diagnóstico precoz y así un tratamiento adecuado cuanto antes.

Dr. Luis Arturo Gomez Hernandez: 3823.1001 y 3823.1002 | Av. Plan de San Luis No.1776


miércoles, 17 de febrero de 2016

Tipos de Neumonia



Existen diferentes tipos de neumonía:

Neumonía neumocócica

Es la causa identificable más frecuente de neumonía bacteriana y causa dos terceras partes de las neumonías bacteriémicas extrahospitalarias. Esta neumonía suele ser esporádica y se produce sobre todo en invierno. Afecta con más frecuencia a pacientes de mayor edad.
Síntomas:


Suele venir precedida por una infección de las vías respiratorias altas. Su comienzo suele ser abrupto, con un único escalofrío; la presencia de escalofríos persistentes debe sugerir otro diagnóstico. Los hallazgos de la exploración física varían en función del carácter del proceso y del estadio en el que se evalúa al paciente.

Entre las complicaciones graves y potencialmente mortales destaca la neumonía progresiva, en ocasiones asociada con un síndrome de distrés respiratorio del adulto y/o shock séptico.
Diagnóstico:


Se debe sospechar de una neumonía neumocócica en cualquier paciente con una enfermedad febril asociada con dolor torácico, disnea y tos. El diagnóstico de presunción se basa en la historia, la radiografía de tórax, el cultivo y el Gram de las muestras apropiadas o la reacción de impregnación.
Tratamiento:


Un 25 por ciento de las cepas S. pneumoniae son resistentes a la penicilina. Los fármacos alternativos con eficacia demostrada incluyen las cefalosporinas, la eritromicina y la clindamicina.

En los pacientes con empiema, el tratamiento debe incluir el drenaje adecuado y la antibioterapia. Las medidas de sostén incluyen el reposo en cama, ingesta de líquidos y los analgésicos para el dolor pleurítico. La radiología de control se suele aconsejar en pacientes mayores de 35 años, pero la resolución del infiltrado radiológico puede tardar varias semanas, sobre todo cuando la enfermedad es grave, existe bacteriemia o una neumopatía crónica previa.


Neumonía estafilocócica

Síntomas:


Las manifestaciones suelen ser parecidas a las de la neumonía neumocócica. Los rasgos diferenciales son escalofríos recidivantes, necrosis tisular con formación de abscesos, neumatoceles y un curso fulminante con postración marcada. El empiema se produce con relativa frecuencia.

Diagnóstico:


El diagnóstico se realiza mediante el análisis del esputo y se establece mediante la detección de S. aureus en los hemocultivos, el líquido de empiema o los aspirados transtraqueales o transtorácicos. Son poco frecuentes los cultivos falsos negativos para estafilococos. El patrón radiológico más frecuente es una bronconeumonía con formación de abscesos o derrame pleural, o sin él, siendo poco frecuente la consolidación lobar.

Tratamiento:


La mayoría de las cepas de S. aureus producen penicilinasa y cada vez aumenta más la resistencia a meticilina. El tratamiento recomendado es una penicilina resistente a penicilinasa. La alternativa principal es unacefalosporina, a ser posible cefalotina o cefamandol. La clindamicina es activa contra el 90 por ciento de las cepas.
El Staphylococcus aureus es una bacteria que se encuentra en la piel y en las fosas nasales de las personas sanas. Causa gran variedad de infecciones menores de la piel (forúnculos, ampollas, vesículas, abscesos) o procesos más graves, como neumonía, meningitis, endocarditis,síndrome del shock tóxico (SST) y sepsis.

Neumonía causada por bacilos gramnegativos

Son poco frecuentes en los huéspedes sanos y se suelen producir en lactantes, ancianos, alcohólicos y pacientes inmunosuprimidos o debilitados, sobre todo los que tienen neutropenia. El mecanismo fisiopatológico habitual es la colonización de la orofaringe, seguida de la microaspiración de las secreciones de la vía aérea alta. Los bacilos gramnegativos colonizan las vías respiratorias altas en los pacientes con enfermedades graves y con frecuencia existe una correlación directa con la gravedad de la misma.

Síntomas:


La mayoría de los pacientes muestran una bronconeumonía similar a otras infecciones bacterianas, salvo por su mayor mortalidad.

Diagnóstico:


Se debe sospechar que existe una infección por bacilos gramnegativos cuando exista neutropenia o la infección sea hospitalaria. La tinción de Gram en esputo suele mostrar numerosos bacilos gramnegativos; sin embargo, resulta imposible distinguir las distintas especies y géneros en función de sus características morfológicas. Los cultivos de esputo suelen demostrar el patógeno; el principal problema lo representan los falsos positivos en cultivo debido al crecimiento de los gérmenes que colonizan las vías aéreas altas.

Tratamiento:


La mayor parte de las infecciones producidas por P. aeruginosa se tratran con un aminoglucósido combinado con una penicilina antipseudómona, ceftazidima o cefoperazona, elegidas en función de las pruebas desensibilidad in vitro. Estas pautas de tratamiento exigen modificaciones cuando se sospechan múltiples gérmenes. Los regímenes óptimos de tratamiento también exigen estudios de sinergia in vitro.

Neumonía causada por Haemophilus influenzae

Este germen es causa frecuente de la neumonía bacteriana. Las cepas que contiene la cápsula de polisacáridos tipo b son las más virulentas y las que con más probabilidad producen enfermedades graves, incluidas la meningitis, la epiglotitis y la neumonía bacteriana.

Síntomas:


La mayor parte de los casos están precedidos por una coriza y se observan derrames pleurales precoceshasta en un 50 por ciento. No se producen con frecuencia bacteriemia, ni empiema. Un gran porcentaje de los adultos desarrollan infecciones por cepas no encapsuladas, en forma de una bronconeumonía parecida a otras infecciones bacterianas.

Diagnóstico:


La tinción de Gram del esputo muestra numerosos cocobacilos pequeños y gamnegativos. Este germen resulta relativamente exigente y coloniza con frecuencia las vías aéreas altas, por lo que son frecuentes los falsos positivos y los falsos negativos en cultivo.
Tratamiento:


La profilaxis con la vacuna conjugada de H. influenzae tipo b se aconseja en todos los niños y se administra en tres dosis a los 2, 4 y 6 meses de edad. El tratamiento antibiótico preferido es trimetoprima-sulfametoxazol. Los alternativos son amoxicilina, fluoroquinolonas y la azitromicina.

Legionelosis

La neumonía por legionella se puede producir en cualquier etapa de la vida, aunque la mayor parte de los pacientes son varones de mediana edad. Entre los factores de riesgo destacan el tabaco, el abuso de alcohol y la inmunosupresión, sobre todo por corticoides.

Síntomas:


La mayor parte de los pacientes tienen una fase prodrómica parecida a una gripe, con malestar, fiebre,cefalea y mialgias.

Además, desarrollan una tos no productiva en fases iniciales, que posteriormente produce un esputo mucoide. Una característica típica es la fiebre alta, en ocasiones con una bradicardia relativa y diarrea. En menos casos se producen alteraciones del estado mental con confusión, letargo o delirio.

Diagnóstico:


Existen cuatro métodos diagnósticos para detectar las especies de legionella: el cultivo del microorganismo, la tinción directa con anticuerpos fluorescentes en el exudado, la serología con estudio de anticuerpos con fluorescencia indirecta y los estudios de antígenos urinarios. Todos son bastante específicos, pero ninguno resulta especialmente sensible.

Tratamiento:


La eritromicina es el fármaco habitual. Algunos especialistas prefieren el ciprofloxacino o la azitromicina. Los pacientes muy graves deben recibir eritromicina con rifampicina. Se debe mantener el tratamiento al menos durante tres semanas para evitar recaídas.

Neumonía por mycoplasma

La neumonía por mycoplasma pneumoniae se propaga de forma lenta y por el contacto íntimo en escuelas, en cuarteles y en las familias.

Sintomas:


Los iniciales recuerdan a una gripe: malestar, dolor de garganta y tos seca, cuya gravedad aumenta cuando progresa la enfermedad.

Los síntomas agudos suelen persistir entre una o dos semanas y después se produce una recuperacióngradual. Sin embargo, algunos pacientes presentan una neumonía grave que en ocasiones determina unsíndrome de distrés respiratorio del adulto. Las complicaciones extrapulmonares son frecuentes e influyen la anemia hemolítica, las complicaciones tromboembólicas, la poliartritis o los síndromes neurológicos, como meningoencefalitis, mielitis transversa, neuropatías periféricas o ataxia cerebelosa.

Diagnósticos:


La tinción de Gram del esputo demuestra presencia de escasas bacterias, una mezcla de polinucleares neutrófilos y células mononucleares, y acúmulos de células epiteliales respiratorias descamadas. Los cambios radiológicos varían, pero el más frecuente es una bronconeumonía parcheada en los lóbulos inferiores. El método más práctico para confirmar el diagnóstico son las pruebas serológicas.

Tratamiento:


Casi todos los pacientes se recuperan con tratamiento o sin él. Los fármacos de elección son la tetraciclina, la eritromicina, la claritromicina y la azitromicina. La antibioterapia reduce la duración de la fiebre y los infiltrados pulmonares aceleran la recuperación de los síntomas. Sin embargo, los antibióticos no producen la destrucción bacteriana, de forma que los pacientes siguen portando la bacteria varias semanas.

Neumonía por clamidia

En aproximadamente el 10 por ciento de los adultos mayores con neumonía extrahospitalaria se ha detectado lachlamydia pneumoniae. Ésta suele producir una enfermedad lo bastante grave como para requerir lahospitalización del paciente. La chlamydia pneumoniae también está implicada en entre el 5 y el 10 por ciento de los casos de neumonía nosocomial, pero se sabe relativamente poco acerca de su epidemiología.

Síntomas:


Los síntomas de la neumonía por clamidia se parecen a los causados por la mycoplasma, incluida la faringitis,la bronquitis y la neumonitis, principalmente en niños mayores y adultos jóvenes.

La mayor parte de los pacientes presentan tos, fiebre y esputo. No es posible distinguir clínicamente la neumonía por clamidia de las debidas a otros microorganismos en pacientes ancianos, salvo porque casi todos tienen síntomas en la vía respiratoria alta, como laringitis o faringitis.

Diagnósticos:


Este tipo de neumonía se puede detectar mediante cultivos en embriones de huevo utilizando tinciones directas con inmunofluorescencia, una reacción en cadena de la polimerasa o realizar pruebas serológicas seriadas para detectar la seroconversión (anticuerpos). Sin embargo, estas pruebas no suelen realizarse en la mayor parte de los laboratorios clínicos.
Tratamiento:


Los fármacos de elección son la tetraciclina o la eritromicina administrada de 10 a 21 días.

Psitacosis

Suele transmitirse mediante la inhalación de polvo de las plumas o excrementos de los pájaros infectados o al ser mordido. La transmisión de hombre a hombre se puede asociar con cepas altamente virulentas.

Síntomas:


Tras un periodo de incubación de 1 a 3 semanas, el inicio puede ser insidioso o abrupto, con fiebre, escalofríos, malestar general y anorexia. La temperatura va aumentando de forma gradual y aparece tos seca al principio, aunque a veces puede derivar a una tos mucopurulenta.

Durante la segunda semana se puede producir una neumonía con consolidación franca y una infección pulmonar purulenta secundaria. El curso puede ser leve o grave, en función de la edad del paciente y de laextensión de la neumonía.

La mortalidad alcanza el 30 por ciento en los casos graves no tratados y las tasas pueden ser incluso superiores cuando las cepas son virulentas.

Diagnóstico:


Inicialmente se puede confundir con la gripe, la fiebre tifoidea, la neumonía por mycoplasma o la legionelosis. Se debe sospechar de este tipo si existen antecedentes de contacto con pájaros y se confirma mediante la identificación del agente, o por pruebas serológicas de fijación del complemento.

Tratamiento:


Son eficaces la tetracilina o la doxiciclina. La fiebre y otros síntomas se suelen controlar en un periodo entre 48 y 72 horas, pero es preciso mantener el tratamiento antibiótico al menos durante 10 días.

Neumonía vírica

En este tipo los virus invaden el epitelio bronquiolar, produciendo una bronquitis. La infección se puede extender hacia el intersticio pulmonar y los alvéolos originando una neumonía.
S

íntomas:


Las infecciones víricas de las vías aéreas inferiores producen bronquitis, bronquiolitis y neumonía. La mayoría de los pacientes refieren cefalea, fiebre, mialgias y tos que suelen asociarse con la producción de esputo mucopurulento.

Diagnóstico:


El diagnóstico se apoya en la identificación de escasas bacterias con predominio de los monocitos en el esputo y por la imposibilidad de detectar un patógeno bacteriano responsable. Las neumonías que complican las infecciones víricas exantemáticas pueden ser diagnosticadas mediante hallazgos clínicos acompañantes, incluidos los exantemas.
Tratamiento:


Se recomienda administrar aciclovir para las infecciones pulmonares por virus herpes simple, herpes zóster ov aricela. La neumonía por citomegalovirus (CMV) se puede tratar con ganciclovir en receptores de trasplantes de órganos, aunque no se ha demostrado la eficacia de este tratamiento en los pacientes con sida. Algunos pacientes desarrollan posteriormente infecciones bacterianas que obligan al tratamiento antibiótico.

Neumonía causada por Pneumocystis carinii

El P. carinii causa la enfermedad sólo cuando las defensas del paciente están alteradas, sobre todo la inmunidad mediada por células, como en los tumores hematológicos, los procesos linfoproliferativos, el VIH y en tratamientos con quimioterapia.

Síntomas:


La mayor parte de los pacientes tienen fiebre, disnea y una tos seca que puede evolucionar de forma subaguda en semanas, o agudamente en días.

Diagnósticos:


La radiografía de tórax muestra de forma característica infiltrados difusos bilaterales, aunque en el 20 por ciento de los casos es normal. La gasometría muestra hipoxemia, con un aumento del gradiente alvéolo-arterial de oxígeno y las pruebas de función pulmonar muestran alteraciones en la capacidad de difusión.

El diagnóstico exige la demostración histológica del organismo con tinción demetenamina argéntica, Giemsa, Wright-Giemsa, Grocott modificada, Weigert-Gram o con anticuerpos monoclonales.
Tratamiento:


El fármaco de elección es trimetoprima-sulfametoxazol. No hay que retrasar el comienzo del tratamiento por miedo a dificultar el diagnóstico, ya que los quistes persisten durante semanas.

Los principales efectos secundarios son exantemas cutáneos, neutropenia y fiebre. Los regímenes alternativos incluyen pentamidina, atovacuona o clindamicina. Todos los tratamientos deben durar al menos 21 días.

Diagnóstico

Tal y como especifica la directora del programa de Investigación en Enfermedades Infecciosas de Separ, Rosario Menéndez, el diagnóstico de sospecha se realiza con los síntomas y por los hallazgos que se obtienen mediante un auscultación pulmonar.

“El diagnóstico de confirmación requiere una radiografía simple de tórax”, afirma Menéndez. “Una analítica nos proporciona datos generales de la repercusión sobre el paciente y los análisis microbiológicos nos determinan el germen causal”.

Respecto a las pruebas que se deben realizar, la especialista explica que la radiografía de tórax además de confirmar el hallazgo de neumonía en el pulmón determinará su extensión. “Con la analítica de sangreobservamos la existencia de complicaciones y/o la respuesta inflamatoria. Además, los análisis de orina nos proporcionan un diagnóstico microbiológico rápido. Es muy aconsejable en las neumonías determinar la saturación de oxígeno en sangre que puede realizarse de forma no invasiva con un saturímetro”, añade.

Una vez diagnosticada, el tratamiento debe comenzar con la mayor brevedad posible.


Tratamientos


El tratamiento básico y fundamental de la neumonía es el uso de antibióticos y, en caso de neumonía originada por una gripe grave, antivirales. ”Las medidas generales requieren atender además las enfermedades concomitantes del paciente”, indica Menéndez.


En neumonías más graves podría ser necesario que los especialistas recomienden añadir al tratamiento oxigenoterapia. Si hay complicaciones el paciente puede necesitar medicación broncodilatadora.


Dr. Luis Arturo Gomez Hernandez: 3823.1001 y 3823.1002 | Av. Plan de San Luis No.1776



Neumonia


Qué es

Es una infección del pulmón caracterizada por la multiplicación de microorganismos en el interior de los alvéolos, lo que provoca una inflamación con daño pulmonar. La reacción inflamatoria produce una ocupación de los alvéolos que puede visualizarse en una radiografía de tórax.

“La neumonía es una infección del parénquima pulmonar que puede afectar a todas las personas, si bien es más frecuente en los extremos de la vida: niños y ancianos”, explica a DMedicina Rosario Menéndez, neumóloga y directora del Programa de Investigación en Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). “Además, son más proclives a esta infección las personas con enfermedades crónicas, los inmunodeprimidos, como los trasplantados, los que reciben quimioterapia y los pacientes con VIH”.
Incidencia

En la actualidad, la incidencia de la neumonía en España en adultos tiene un promedio de entre 3 y 5 casos por cada 1.000 adultos, según especifican desde Separ. Esta cifra puede aumentar hasta más de 30 casos por cada 1.000 personas en pacientes mayores de 65 años.

Causas

Las neumonías se desarrollan cuando un germen infeccioso invade el tejido pulmonar. Estos gérmenes pueden llegar al pulmón por tres vías distintas: por aspiración desde la nariz o la faringe, por inhalación o por vía sanguínea.

“La neumonía está causada por bacterias y por virus u otros microorganismos, como hongos o parásitos. La bacteria más frecuente que causa la neumonía es el neumococo (Streptococcus pneumoniae) y, entre los virus, el más frecuente es el de la gripe”, señala Menéndez, quien indica que otras bacterias que intervienen con frecuencia causando la neumonía son la legionella y el mycoplasma. “Respecto a los gérmenes que provocan la neumonía, la incidencia depende del lugar de adquisición de la patología y de las enfermedades del propio paciente”.


Dr. Luis Arturo Gomez Hernandez: 3823.1001 y 3823.1002 | Av. Plan de San Luis No.1776


lunes, 15 de febrero de 2016

Parálisis de Bell




La parálisis de Bell es una forma de parálisis facial temporaria que se produce por el daño o trauma a uno de los nervios faciales. Los nervios faciales dirigen los músculos de un lado de la cara, y las expresiones faciales como sonreír y fruncir el ceño. El nervio facial también transmite sensaciones del gusto provenientes de la lengua.

Cuando se produce la parálisis de Bell, se interrumpe la función del nervio facial, causando la interrupción de los mensajes que el cerebro envía a los músculos faciales. Esta interrupción produce debilidad o parálisis facial.

El trastorno, que no está relacionado con un accidente cerebrovascular, es la causa más común de parálisis facial. Generalmente la parálisis de Bell afecta sólo un nervio del par facial y un lado de la cara, sin embargo, puede también afectar ambos lados.

Síntomas

Los síntomas varían de una persona a otra y fluctúan en gravedad, desde debilidad leve a parálisis facial total. Estos síntomas pueden incluir:
Tics
Debilidad o parálisis en uno o ambos lados de la cara
Caída del párpado y la comisura de la boca
Sequedad del ojo o boca
Deterioro del gusto
Lagrimeo excesivo de un ojo

Estos síntomas, comienzan súbitamente y llegan al máximo en 48 h.

Diagnóstico

El diagnóstico de parálisis de Bell se hace sobre la base de la presentación clínica, que incluye un aspecto facial deformado y la incapacidad de mover músculos en el lado afectado de la cara, y descartando otras causas posibles de parálisis facial. No existe un análisis específico de laboratorio para confirmar el diagnóstico de este trastorno.

Tratamiento

No existe una cura o curso estándar de tratamiento para la parálisis de Bell. El factor más importante en el tratamiento es eliminar la fuente del daño nervioso.

La parálisis de Bell afecta a cada individuo en forma diferente. Algunos casos son leves y no necesitan tratamiento ya que generalmente los síntomas remiten por sí solos en 2 semanas. Para otros, el tratamiento puede incluir medicamentos y otras opciones terapéuticas.



Dr. Luis Arturo Gomez Hernandez: 3823.1001 y 3823.1002 | Av. Plan de San Luis No.1776



jueves, 11 de febrero de 2016

Narcolepsia




La narcolepsia es una enfermedad de origen neurológico clasificada dentro de los denominados trastornos del sueño. Se caracteriza por un exceso de sueño diurno, aparición súbita de debilidad muscular (cataplejía) provocada por las emociones (como la risa y la sorpresa) de menos de 2 minutos de duración e interrupciones /fragmentación del sueño nocturno.


Aunque la causa de la enfermedad es desconocida, sí que se han implicado en su aparición una predisposición genética y determinados factores ambientales como el estrés, los cambios hormonales o traumatismos, entre otros, que pueden actuar como desencadenantes. Recientemente se ha descubierto que las personas que sufren narcolepsia poseen bajos niveles de hipocretina (una proteína producida por el cerebro) en su líquido espinal. La hipocretina es un neurotransmisor que se encarga de mantener el estado de vigilia. Algunos estudios muestran un riesgo de entre 10 y 40 veces más alto de tener esta enfermedad que la población general entre los familiares de primer grado de pacientes con narcolepsia.


En la actualidad, se calcula que la narcolepsia tiene una prevalencia del 0,02-0,05% de la población, por lo que se calcula afecta a cerca de 25.000 personas en nuestro país.




¿Cómo se manifiesta?


Los síntomas suelen iniciarse en edades tempranas (adolescencia o adultos jóvenes).

El síntoma principal son los ataques de sueño con una disminución brusca del tono muscular. Éstos pueden aparecer en cualquier momento durante el día y en número variable. El paciente presenta microsueños de segundos de duración mientras está realizando una actividad.

La cataplejía es característica de la narcolepsia, el paciente presenta una parálisis momentánea por una pérdida súbita global o parcial del tono muscular en respuesta o desencadenada ante una emoción como rabia, miedo o risa.
Otros síntomas asociados son la parálisis durante el sueño (el paciente no se puede mover al quedarse dormido o al despertar lo que genera gran angustia), sensación de cansancio importante, dificultad de concentración, alucinaciones visuales o auditivas al inicio del sueño o al despertar.

Así, la narcolepsia provoca un grave impacto sobre la calidad de vida del paciente provocando trastornos en la atención, rendimiento escolar y laboral y siendo causa de un aumento de los accidentes de tráfico.


¿Cómo se diagnóstica?


El diagnóstico de la narcolepsia es básicamente clínico, es decir, por la sintomatología del paciente. Siempre se han de descartar otros posibles trastornos neurológicos por lo que se pueden realizar un estudio dirigido en las llamadas Unidades del Sueño o por el especialista en neurología.

En estas unidades se realiza una serie de pruebas como es el registro de la actividad eléctrica cerebral durante el sueño (polisomnografía) que da lugar a unos patrones características de la narcolepsia.

Las pruebas de imagen radiológica y los análisis de sangre rutinarios dan resultados normales.


¿Qué tratamientos existen?


No existe un tratamiento curativo de la enfermedad. Existen una serie de hábitos a adoptar y de fármacos para intentar controlar los ataques.

En cuanto a las recomendaciones no farmacológicas se incluyen: hacer pequeñas siestas de unos 15 minutos durante el día, evitar comidas copiosas, realizar descanso nocturno suficiente y ejercicio de forma regular.

Respecto a los tratamientos con fármacos se utilizan aquellos que contienen anfetaminas o similares no exentos de efectos secundarios. Actualmente se está utilizando un fármaco denominado modafinil, un neuroestimulante sin anfetaminas, que parece ser más seguro y eficaz.



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